En la vida, desde pequeños, pensamos que somos inmortales y que nada nos puede matar. Pero con el transcurso del tiempo, aunque la mente no nos deja ver claro que somos mortales y no lo queremos aceptar, resulta que todo nos afecta y las malas decisiones nos pueden matar.
Sin llegar a la muerte, pero teniendo la en mente en todas nuestras decisiones, es muy importante que hagamos las cosas con cabeza y siempre analizando bien la situación. La sociedad, que estamos en un mundo muy rápido y que necesita de decisiones inmediatas, ha creado varias palabras malignas, para justificar errores y así hacer que no tengamos miedo a las decisiones erróneas, como lo siento, perdon, el famoso sorry y un ciento de justificaciones baratas para resolver mentalmente el error que has cometido. Pero qué pasa cuando el error afecta a otros o te afecta gravemente o es de muerte. Eso sólo lo entendemos cuando nos pasa, y una vez nos pasa ese error no tienen solución, cambia nuestra vida totalmente, a mal, y por mucho que queramos subsanarlo ya es tarde, la ostia del error nos rebota en nuestra cabeza sin cesar y nuestra vida ha cambiado para mal.
Así pues, tomemos el tiempo necesario para tomar las decisiones importantes, puesto que de ello depende nuestra vida y la de los demás, no nos dejemos llevar por la inmediatez del capitalismo, la distracción mediática y dialéctica del sistema para cometer errores que a la larga nos pueden salir caros, sólo tenemos una vida y hay que vivirla al maximo y lo mejor posible, sin hacer daño a los demás y no dejándonos engañar, no hay prisa, menos la muerte todo puede esperar.



EL SECRETO DE LA VIDA


