Cuántas veces te pasará por la cabeza, aquello de… la vida cada vez es más liosa. Antes teníamos sólo fruta de temporada y ahora nos podemos comer un mango cuando nos apetezca, en los ochenta tu madre te hacía bocata de nocilla y ahora podemos elegir entre miles de procesados y cómo no, antes sólo había hombre/mujer y ahora tenemos miles de géneros; me parece fantástico que por fin podamos nombrar aquéllos que antes no tenían ni lugar. Pero ahora, leerse todo los géneros es como leer una lista de sinónimos y antónimos con matices tan sutiles que no hay forma de memorizar las diferencias, al menos para mi…
puede ser que estar cerca de los 45 influya algo en eso.
A los de mi quinta nos parece genial que el mundo sea abierto a todo, pero que os pensáis ¿que eso antes no existía? Estaba, e incluso más, pero no hacía falta decirlo en voz alta o más bien, no nos hacía falta pertenecer a un grupo de género.
Mucha gente dice que son modas, pues como todo en la vida, modas que llegan y se quedan, modas que llegan y se van. Aunque yo soy de la opinión que por una vez se está dando visibilidad a lo que antes (supuestamente) no se podía. Pero creo, que tanta visibilidad y tanto dejar hacer a través de las redes sociales, nos hemos pasado de frenada.
Por mi parte, respeto a todo el mundo; la gente con su cuerpo que haga lo que quiera siempre que no dañen a los demás, pero lo que ya no puedo consentir es que ellos o elles me quieran convencer de este mundo nuevo, es decir, nuevo para ellos o elles.
Llevo toda mi vida respetando a mi entorno, sin conflicto y ningún ataque y ahora me tengo que encontrar en discusiones absurdas (para mi) claro, en las que tengo que defender temas que hasta parecen incoherentes y no lo son.
Pues eso, se ha perdido la coherencia y por eso empieza aquí, la historia de “Mujeres en extinción”
Barcelona Noticias. 