Vivimos en un planeta, donde la forma de vida que se ha impuesto es la de vivir en grupos sociales dentro de un territorio, y como en cualquier grupo que quieras estar, debes acatar las normas del mismo. Hasta aquí todo correcto, excepto si pensamos que la opción de no pertenecer a ningún grupo social, y vivir aislado para no acatar las normas del grupo, no es viable debido a un reparto del territorio que se ha ido creando, y que no deja sitio a los que quieren vivir sin las normas de un grupo.
Ahora que se habla tanto de la vacuna del covid-19, y la obligatoriedad de ponérsela, surge la disputa de si debe ser obligatoria o no. No estamos hablando solo de acatar una norma grupal, estamos hablando de introducir algo en tu cuerpo que podría ser perjudicial. Aquí es donde entra la disyuntiva de si un grupo social tiene o no la potestad de obligar a todos los miembros del grupo a vacunarse, con las desconocidas consecuencias, y cuál sería la opción de los miembros que no quisieran vacunarse, dado que no hay territorio libre en la faz de la tierra donde exiliarse.
Con este panorama y esta discusión, quién tiene más derecho a decidir sobre la vida de los demás, los que acatan las normas del grupo y obligan a los demás a hacer lo que no quieren, o los que no quieren acatarlas pero no pueden ir a ningún otro sitio y deciden matar a los que les quieren obligar.
Ahí queda la pregunta del futuro.
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